El destino pone las cartas, uno las juega, pero como sea, el papel que se juega siempre es principal en este obra

miércoles, 27 de enero de 2010

Lahel sintió un ligero vacío en el estómago:
“¡No me digás que ahora alguna otra tontera va a suceder!”- no sabía ni el para qué preguntaba, pues ya sabía o la menos ya intuía la respuesta que Suzu le daría.
“No va a suceder, ya está sucediendo. Al darse la orden de ejecución de la fase final del proyecto ‘Eden’ la Familia se a comenzado a mover para cumplir los requisitos- parecía entonces que la Familia utilizaría el Eden como fortaleza, según André había dicho-además de dar marcha a el ‘plan Caesar’ para atacar las Familias enemigas desde adentro y debilitarlas, además de romper alianzas, al como una ‘contra-conspiración’- Lahel guardaba silencio- Seguramente lo que usted quiere saber es que tiene que ver usted en esto…” el joven no dijo nada, solo comía calladamente.
Suzu bebió un poco del té que la madre del joven le preparara y continuó:
“Lo que pasa es que no va a transcurrir mucho tiempo antes que los enemigos ataquen, por lo que va a tener que irse conmigo a trabajar por un tiempo a Russia”
El muchacho comenzó atragantarse, odiaba que le dieran este tipo de noticias cuando estaba comiendo o sin que le avisaran. Aún tosiendo y a grandes esfuerzos dijo:
“¡¿CON QUÉ PROPÓSITO?!” -¿Cómo no lo había pensado? A eso se refería el señor Smith cuando habló de las ‘influencias’ que él tenía en Rusia y Japón, no recordaba siquiera qué le había pasado por la mente el día anterior: tal vez que los nuevos 12 vendrían y desde allí harían planes, o que solo se reunirían por video-conferencia y ya… quien sabe, pero se sentía realmente tonto por no haber visto venir esta nueva situación tan incómoda.
Suzu le indicó con un gesto que bajara la voz, con su típica expresión fría y severa:
“Si ahora que las familias se van a comenzara atacar entre sí usted piensa quedarse, lo único que va a lograr es que tarde o temprano lleguen a usted por su familia y no solo usted si no ellos tendrán que sufrir- Lahel miró a un lado, con cierto desprecio- ahora que nadie sabe nada de usted y su familia ha sido reubicada para mayor protección, por ellos y por el bien de la Familia y las naciones en general, es mejor que se aísle.”
Ahora si estaba harto de todo ¿por qué tenía que hacer esa clase de acciones por un futuro que el no eligió del todo y tanto riesgo por problemas familiares y sueños de un tipo que si acaso apenas conocía?
A penas y podía controlarse, por lo que terminó de comer, subió a su cuarto ante la mirada crítica pero desinteresada a la vez de aquella joven. Alistó algunas cosas, se despidió de sus hermanos. Al bajar se despidió de su madre, esta le preguntó que adonde iba, a lo que cortantemente le respondió que tenía que ir a hacer algunas vueltas del trabajo donde Lucio, lo cual por supuesto era mentira.
“¿Te despediste de Suzu?”-dijo su madre justo cuando el joven cruzaba la sala en la que aún estaba la joven sentada, de espaldas a la mirada del muchacho. Se detuvo por un segundo, la miró fugazmente y respondió con un ‘sí’ frio, mientras seguía su camino hacia afuera.
Su padre no lo escuchó irse por estar utilizando una aspiradora en el interior de uno de los autos. Salió y sin saber a dónde dirigirse, caminó.
Inconscientemente, sumido en sus pensamientos de ira más o menos justificada, y luego de varios minutos, llegó al parque cercano a la universidad que tanto detestaba. No había sido capaz de darse cuenta tan siquiera que se dirigía allí.
“Maldita sea… de todos los lugares vine a dar a este asqueroso lugar”-pensaba para sí. Suspiró profundamente, permitiéndose descansar sobre la banca en la que originalmente se encontró con un Lucio desangrándose. Por supuesto era de día y las imágenes en su cabeza parecían ser muy lejanas a la realidad de un lugar iluminado y, por las vacaciones, poco transitado.
Se sentó, con la cabeza entre las manos, no sabía qué hacer mientras miles de preguntas e inconsistencias se mezclaban en su cabeza: ¿cuándo se iría? ¿Cómo? ¿A dónde?... pero si se iba, pero si no se iba…
Recordó que tenía algo de dinero, por lo que fue a un lugar que a pesar de ser tan temprano en la mañana ya habrían abierto, quería un batido por que la menos eso lo hacía feliz en un rato que nada de bueno tenía para él. Fue, lo compró y volvió a sentarse en la banca.

Aún pensando, apareció un anciano que con su lento andar se acercó al joven.
“Puedo sentarme aquí, es mientras espero un taxi”-dijo el hombre. El muchacho no gustaba mucho de la presencia de los adultos mayores, sentía que lo único que querían era hablar por hablar y la mayoría de las veces no decían nada interesante; esto multiplicado por su enojo.
Otro suspiro aún más profundo, para evitar soltar su ‘demonio interno’ (como solía decir en broma) con alguien que no se lo merecía.
“Si claro”-respondió sin más.
El hombre se sentó, y justo como el muchacho se temía, comenzó a tratar de sacarle conversación, mientras el sorbía su batido.
“Hace un día lindo hoy ¿verdad?”
Lahel respondió con un ‘hmph’, y un intento de sonrisa, sin dejar de beber su batido.
El hombre comenzó a decir algo más, pero el muchacho, un poco distraído, como estaba ese día, vio que de hecho era un día bonito, a pesar del ‘mal trago’ del desayuno.
“…me explico?”.terminó de decir el anciano.
“¿Ah?- dijo el joven- señor, disculpe, no le puse atención”
“Je, je, je, no importa, parece que anda un poco en la luna muchacho- ‘señor eso no le importa’ pensó el muchacho- ¿de casualidad hay alguna mujer metida en ese asunto?”
Al muchacho le hizo gracia el comentario:
“No para nada- aunque si se podía contar a Suzu como la causa del problema- son otras cosas”
“Mmmm, es algo más serio entonces- el abuelo sonreía, mientras veía hacia el cielo- diay a veces las personas tenemos que hacer cosas que no nos gustan, con tal de salir adelante”
Parecía que el hombre sabía de lo que hablaba ¿sería una especie de mensajero divino?... No, era solo un anciano, uno que como a todos, le gustaba hablar.
Al ver la cara de seriedad del muchacho el anciano terminó diciendo:
“Yo siempre he dicho que no todos escogemos lo que queremos de la vida, pero a veces hay que aceptar las cosas como se nos dieron y dar lo mejor que tenemos, ese puede ser entonces el mejor de los destinos”
El joven sorbía su refresco, mirando hacia la calle. El viejo tenía razón, pero ¿a qué costos sería el mejor de los destinos?
“Mirá, ahí viene un taxi -el anciano hizo una seña al taxista, que se detuvo- Un gusto y hasta luego muchacho, un placer hablar con usted y recuerde, uno es más grande que uno mismo” El hombre tenía una cálida sonrisa, mientras un poco lento, se acercaba y subía en el taxi. Lahel se despidió moviendo la mano. Era como cualquier anciano, pensaba el joven con humor; siempre hablan y hablan, al final dicen que estuvo bonita la conversación y fueron ellos los únicos que hablaron, pero ya no importaba. Además que la última frase le dejó bastante pensativo, parecía no tener sentido, pero algo le habría querido decir con eso aquel hombre mayor.
Ahora, el taxi alejándose por entre el laberinto de calles de esa ciudad; él quedaba sólo otra vez, consigo mismo y sus pensamientos. Parecía que su enojo se había cambiado por lo que originalmente era: un sentimiento aplastante de frustración, que había querido tal vez inconscientemente disimular con gritos y cólera.
Por más que no le gustara que un anciano le hablara, y menos con su problema encima, el hombre aquel había llegado a un punto interesante, sin saber nada de su situación, lo únoc raro fue esa última parte.
No quería aceptar ninguna otra responsabilidad, de por sí ya estaba harto de tener que ir a la universidad y perder tiempo que podría invertir en alguna de sus aficiones o simplemente en un día tranquilo, viendo las horas pasar. Y sí: de la universidad recibía más conocimientos y amigos, pero eso no era tan horriblemente aburrido como lo que ahora le pedían por el bien de su familia y de la Familia, cosas que el no había querido obtener, a diferencia de la carrera que cursaba.
Y si: esta nueva vida le había traído cosas buenas: una casa lujosa, dinero, poder, incluso amigos tal vez, cosas que había deseado desde hace miles de años, pero quién sabía cuántas cosas más tendría que ir sacrificando a cambio de tantas estupideces, insignificantes ahora frente los sacrificios.

Terminó su batido y con él su rato de meditación profunda, en aquel lugar que aborrecía, en ese parque escaso de vida, tanto humana como vegetal, y mucho menos animal.
Fue de regreso a la casa de Lucio, quería ver un momento a André ¿Para qué?, ni el mismo sabía: ¿reclamarle? ¿discutir?, quien sabe.
Recorrió el acostumbrado camino hasta la casa de Lucio, que con la misma faz de siempre se erguía bajo la luz de la mañana.
Hoy habían unas personas en la entrada, que al verle le abrieron los portones, hombres de traje entero y uno de esos audífonos diminutos en el oído.
“Buenos días Señor Lahel”-dijeron los hombres, mientras el muchacho caminaba pasando el portón. Había otros más, entre hombres y mujeres, a la puerta de la casa y en la sala.
Una de las personas en traje entero de la sala se acercó y le dijo:
“Señor Lahel, si busca al señor André, está ‘abajo’, organizando algunas cosas”
El asintió, dirigiéndose hacia los estantes con libros, para acceder al Valhalla, repitió los acostumbrados procesos para llegar a la sala de computadoras en el jardín subterráneo.
André, junto con las otras personas, estaban monitoreando todos los movimientos del complejo.
Al acercarse, André le notó y con su acento y sonrisa habituales dijo:
“¡Señor Lahel! ¿Cómo se encuentra hoy?”
El joven no quería ser grosero con André, pero no se sentía en paz consigo mismo no aún.
“Más o menos… hoy Suzu llegó a la casa, a decirme que tengo que irme con ella a Rusia, para despistar a las otras Familias…”
André se puso un poco más serio- “Si. Suzu llegó ayer bien entrada la noche y me informó del asunto, parece que al menos la situación es estable en Japón. Aparte, creo que eso ya se veía venir desde la reunión con los 12, necesitamos que usted esté en la mejor posición, porque ahora es el más vulnerable”
‘Siempre yo, el más vulnerable, como el inútil…’ pensaba para sí mismo, entonces le surgió una duda:
“André -dijo- ¿por qué si siempre soy el más vulnerable y el blanco de los ataques y demás, siempre parece que quieren saber mi opinión y me involucran en todo?”
André sonrió como cuando un adulto le explica a un niño algo que para el mayor es lo más claro del mundo:
“Señor Lahel, aunque nosotros somos los famosos ‘12’, no somos don Lucio, el es nuestro líder y aunque usted no es el, él le confió todo su legado a usted. Nunca se dé por menos, pues ahora usted va a ser el Jefe, y nadie da valor a alguien que no se da el valor que merece. Además, tal vez hay algunos que no estén muy de acuerdo con darle responsabilidades a usted y al parecer usted tampoco está muy de acuerdo- Lahel rió por la ironía- pero las circunstancias exigen que usted sea un líder, y como dicen por ahí que uno tiene que hacer lo mejor que pueda con lo que la vida le da, además recuerde que no está solo”
Lahel frunció el ceño, era más o menos lo que el anciano dijo, pero se contentó repitiéndose a sí mismo que solo era un típico anciano hablador. A pesar de las palabras de André, no entendía por qué tendría el que ser el líder, pero sabía bien que solo estaba tratando, con este tipo de pensamientos, de negar la obvia verdad: el era quien era, y como fuese, ahora era un líder y tenía que hacer lo que un líder se supone que haga, pero por Dios que prefería estar muerto.
“André- dijo en voz baja y algo pausado- ¿qué están haciendo aquí?”- prefirió dejar el tema a un lado, al menos por el momento, sentía que ya era demasiada su necedad.
“Eso es más sencillo de explicar. Estamos desalojando el Valhalla”
“¿Y eso por qué?” replicó el joven.
“Es parte del proyecto Eden, las personas del complejo tienen la opción de retirarse a sus casas o a algún lugar que les parezca seguro, participar en los operativos del plan Caesar, o trasladarse al Eden, pero sea lo que sea que escojan deben abandonar este complejo, ya que luego de la evacuación se va a sellar el complejo indefinidamente, y todos los sistemas y recursos que sean posibles de trasladar, se van a mover al Eden, en otras palabras no va a quedar nada aquí”
André señalaba hacia la pantalla del lugar, donde las imágenes de las distintas áreas mostraban gente empacando, vehículos transportando cajas y materiales, máquinas, otras personas siendo trasladadas por túneles y trenes de salida, y todo esto coordinado por las personas en los controles.
“Ya veo…” parecía pues que no solo el tendría que dejar su hogar, sino que muchas otras personas tendrían un destino parecido, pensaba entonces, en el fondo, que quizás estaba siendo muy egoísta y pensando sólo en él y sus sueños y deseos, pero aún así, enfrentar estas cosa solo, como se sentía, sería muy duro, pero si no lo hacía el, ¿quién lo haría?
Fue ahí donde comprendió las palabras finales del anciano, cual ‘corto’ de una película recordó el preciso momento donde el hombre se alejaba y decía ‘…uno es más grande que uno mismo’: uno representa para el mundo cosas más grandes que los propios simples deseos, acciones y pensamientos; aunque uno no lo crea, uno es más importante para los demás de lo que uno cree…

(Continuará!!!: ¡20 POSTS!!!!!!!!!!!)

Algo pasa en la distancia: la fichas del juego parecen moverse solas

miércoles, 20 de enero de 2010

“Oh, y había olvidado algo, manden sus propuestas de sucesor a la computadora del señor Lahel hoy antes de las 9 p.m.- hizo una señal a las personas en las computadoras, una mujer asintió- pronto les será enviada la dirección exacta, ahora sí, a los negocios externos”
El señor Smith volvió a hacer un comentario: “Ahora que vamos a implementar el proyect ‘Eden’- el muchacho pensaba cómo era posible que no le explicaran esa parte- creo que no es conveniente utilizar nuestra foerza militar directa y abiertamente, pero si utilizarla al mismo tiempo” Todos los demás parecían escuchar atentos.
“Signore Smith, non le entiendo. Si prega di essere più esplicito”-dijo Martello en una mezcla extraña de español-italiano. Pareció que el señor Smith entendió, ya que dijo en respuesta:
“Lo quei propongo es sencillo, ahora que tenemos 2 grupos de mando, nosotros nos encargamos de América, África, Oceanía y Europa, mientras que ellos se encargan de una parte de Asia y otra de parte de Rusia y Oriente medio, ya que Mr. Lahel tiene cierta influencia en Rusia y Japón- Lahel sintió alguna especie de escalofrío- y lo que hacemos son especies de misiones de sabotaje y contraterrorismo como hemos hecho siempre, con esto, esperando debilitar a familias enemigas mientras ‘Eden’ esté en marcha y esperamos el siguiente movimiento de los Gabrielli. Estou sirve además como reagrupación de nuestra milicia”
“¿Alguien con más ideas? –preguntó André, pero muchos indicaron que no y otros guardaron silencio- Bueno, pues que así sea, cada quien tomará uno o varios sectores para cubrir todas las áreas que ha mencionado el señor Smith, esto se asignará luego, mediante el sistema de áreas registrado en los programas de Elysium. Mientras tanto, dejemos los acuerdos como están. Si no hay más, acabamos por ahora” La mayoría asintió, pero antes de que se desconectaran, Cassandra que estaba un poco nerviosa dijo: “André, ¿y a quién puedo nombrar yo?”
André rió un poco: “Ça drôle -Lahel se extrañó al oír esa frase, y Cassandra se puso un poco seria, como molesta- Ya me lo esperaba, pero pensando en ello, creo que por su edad no es necesario que nombre sucesores, podría estar en los dos grupos, algo como el señor Lahel; y yo le cubriría en Francia” La joven asintió, André preguntó a los demás si estaban de acuerdo, a lo que con agrado todos dieron un sí. Parecía que preferían que la joven tomara menos responsabilidades de las que había tenido que tomar hasta el momento. Ahora sí, todos se despidieron y cada uno fue cortando la comunicación. La última fue Cassandra, ahora aliviada; se despidió de ambos y cortó la comunicación también.
El muchacho estaba un poco sorprendido de la reacción de André, a pesar de que parecía algo sin sentido, para el joven parecía que algo de Lucio tenía, pues había pensado en algunas cosas desde el principio. El hombre se volvió hacia él, mientras la pantalla se apagaba:
“Bueno señor Lahel, muchas gracias por su tiempo, es tiempo de llevarlo a su casa, y como le dije anteriormente, la información llegará a su computadora.”
“¿Y qué es el ‘proyecto Eden’ del que hablaban tanto?”
“Eso es sencillo-respondió André- Hace años, don Lucio propuso hacer una fortaleza para la Familia, un sueño de que alguna vez pudiéramos hacer nuestra propia tierra lejos del descontrol del mundo, pero a la vez sería el lugar para proteger a la Familia en caso de que algo o alguien nos amenazara de manera tan grave que tuviéramos que salir a la luz, por el alboroto.-Lahel no entendía muy bien- El ‘Eden’ se puso en marcha parcialmente luego de que pasara la Guerra contra la familia Gabrielli, que me imagino Suzu ya le habrá comentado, hace más o menos 6 años contando este. Hay cosas que quedan por construir, pero la estructura está casi completa”
“¿y… me podrías enviar también algo de información de esto también?”-dijo un poco tímido.
“¡Claro que sí! No se preocupe, si usted va a ser un líder desde ahora, necesita toda la información que pueda, no se preocupe. Ahora vamos, se ha hecho tarde”.
Se dirigieron al elevador pequeño, mientras se despedían de las personas en los controles y la mesa de aquel kiosco se escondía de nuevo en el piso.
Luego de un rato, cuando hubieron llegado a la superficie y de allí a la parte frontal de la casa de Lucio, siendo de noche ya, se montaron en uno de los autos y André fue a dejar al joven.
Este estaba ansioso por ver la información, pues le había impactado mucho el hecho de que la Familia estuviera sufriendo tanto. El poder de Alfonso parecía ser mucho más grande que su despliegue armamentista en el incidente del año pasado.
Ya al frente de su casa, saludaron al guarda de la entrada, este le dejó entrar. Ya adentro, saludó a los miembros de su familia, que ya habían regresado. Su madre le preguntó si iba a comer, pero le dijo que ya había comido algo, y fue directamente a su cuarto, cerró la puerta y registró su armario otra vez, buscando la forma de abrir la puerta hacia la computadora.
Palpó de nuevo la pared, pues pensó que si hacía lo mismo de la vez anterior conseguiría el mismo resultado. Luego de algunos instantes, la puerta se volvió a abrir y se sentó frente a la computadora. “Tengo que preguntarle a André como es que se abre de verdad esta cosa”-pensó.
Buscó y abrió los archivos que se le había enviado, que estaban exactamente en el ‘escritorio’ de la computadora.
El primero fue el informe del incidente AF-B2.3-400, este explicaba un intricado plan para destituir tres gobiernos corruptos en la zona de África central, además de la destrucción de una base militarizada de narcotráfico en la selva tropical escondida en las cercanías del río Congo, propiedad de un grupo de familias mafiosas de diferentes nacionalidades, alidadas para controlar estos países. El plan de infiltrar agentes en cada uno de los operativos fueran de narcotráfico o de control gubernamental, estaba complementado con un golpe de estado simultaneo a dos gobiernos, mientras el más débil sería atacado al final, aprovechando las confusiones de los otros dos gobiernos. Por alguna razón, los golpes se llevaron a cabo, pero los gobiernos estaban informados, haciendo que las fuerzas golpistas de la Familia fueran eliminadas rápidamente, y llevando a la ejecución a la mayoría de los infiltrados, de cuyos sobrevivientes, al final del documento, uno firmaba: “Anne Nissen”. Algunos otros datos parecían indicar fluctuaciones de información por parte de espías, e incluso abastecimientos con tecnología de punta para los regímenes dictatoriales de esos estados, permitiéndoles tal contraataque tan eficaz y certero.
Aunque no era más que información y datos, el muchacho parecía bastante molesto con el número de bajas, pues no concebía tal masacre, luego recordó la tan famosa guerra mundial, que aún hacía eco, aunque hubiesen pasado ya tantos años desde que terminara. Esto porque parecía que esta situación, de continuar así, haría otra guerra, pero aún peor, pues sería una guerra ‘por debajo’, una que comenzaría desde adentro de gobiernos y organizaciones, como un virus del cual el cuerpo no se da cuenta hasta que le hace caer enfermo.
Mientras divagaba en lo que había leído, cerró las puertas de su armario, esperando que nadie entrara y descubriera la computadora, bajó por algo de beber a la cocina y volvió, todo esto como en estado de autismo. Volvió a cerrar la puerta y se apuró a leer el archivo sobre el ‘Proyecto Eden’. Había un índice en el documento: Planos, Objetivos, Administración, Sistemas, etc… por lo que prefirió buscar partes interesantes. Dio con una parte de ‘Logros’, en esta había varias hojas con fechas, así que se fijó en las más recientes, el mes anterior, decía: “Diciembre: Logro de un 87% de la estructura primaria de ‘Eden’. Logro de un 100% en modificaciones a ‘Elysium’. Logro en un 60% de instalación de sistemas de soporte de vida y equipo médico. Logro en 60% de instalación o almacenaje de equipo militar y de defensa.” Algunas otras cosas parecían importantes, pero las obvió, se devolvió a la parte de diagramas para darse cuenta que ‘Eden’ era una nave enorme, que parecía ser submarina, y en cierta forma parecía el emblema de la familia, con una parte faltante en el centro, que indicaba que ahí iría el ‘Elysium’. Lucio en verdad estaba loco, al menos un poco, y a la vez podría decirse que se bañaba en dinero.
Mientras miraba mejor los diagramas para ver la cantidad tan exagerada de cosas que tenía, llegó un nuevo mensaje, el software le indicaba que tenía una llamada: era André, su imagen salía con una habitación de la parte superior de la casa de Lucio, junto con la imagen del señor Montebianco en otra locación.
André fue el que comenzó la conversación: “Señor Lahel, el señor Montebianco tiene un asunto que tratar con usted y conmigo” El muchacho asintió.
“Buenas noches señor Lahel- dijo Montebianco- como usted sabe, tengo dos hijos que quisiera proponer como sucesores, pero no se ha cual de los 2 nombrar, pues son gemelos- el muchacho pensaba en quiénes serían, y luego lo recordó: Teo y Romeo, los dos le habían caído bien, ni el sabía a quién escoger- creo que usted me puede dar la respuesta”
Lahel no quería decir nada, pues a pesar de su simpatía, no sabía cuál era ‘mejor’ o ‘peor’, solo miraba la pantalla preguntándose qué haría. Volvió a ver a André con cierta ansiedad.
André pareció comprender pues sonrió y dijo:
“Si ni al señor Montebianco ni al señor Lahel les molesta, creo que ya que no tengo sucesor, los dos pueden ser sucesores”
Lahel sintió un peso enorme menos, y sin más dijo:
“¡Eso! ¿Por qué no hacemos lo que André dice?”. Su sonrisa nerviosa delataba su falta de respuestas.
Montebianco agregó “Bueno, las reglas eran sólo un sucesor, pero si ‘la mano derecha’ y el sucesor de don Lucio dicen que está bien, entonces le informaré a los dos muchachos” Parecía estar alegre por no tener que escoger entre ninguno, de cualquier forma eran sus hijos, y a ambos les quería de igual forma. El muchacho pensó que sería algo bueno tener un padre que se preocupara así por sus hijos, ya que él nunca había experimentado nada igual de su padre.
Sin más, Montebianco cortó la comunicación. André permaneció:
“Bueno señor Lahel, ahora que se ha resuelto este problema, ya tenemos el informe de todas las personas elegidas por los ‘12’- la imagen de cada uno, con alguno de sus datos a aparecían en pantalla- Teo y Romeo Montebianco, Angelina Martello, Aisha Camara, Ángel García, Nathan Smith, Esther Yosef, Finn O’Connor, Ishwari Naidu, Xeu Zheng, Niccole Lee, Cassandra Grimoard.”A algunos les conocía, otros eran completamente desconocidos, pero a pesar de sus miedos, sentía cierta curiosidad por conocerles.
“Bien señor Lahel- finalizó André- ya no le molesto más, ahí en los archivos de la computadora quedarán los archivos de estas personas por si necesita saber algo más de ellos, por el momento adiós” su conexión terminó, sin dejarle decir adiós.
“Esto cada vez se pone peor, en qué momento me metí en todo esto…” pensaba.
Prefirió, entonces irse a dormir, sentía que la cabeza le daba vueltas, no solo por la cantidad de cosas que habían pasado, sino también porque él solo pensar en el hecho de enfrentarse a cosas que no entendía del todo y para las que no tenía ninguna preparación, a pesar de que Lucio estaba vivo, le hacían sentirse como un condenado a muerte. Había pasado justo lo que no quería, tener responsabilidades dentro de la Familia, apagó la luz, y se tiró literalmente sobre la cama. Por alguna razón, unos instantes luego que su cuerpo sintiera la suavidad de la sábana, cerró los ojos y quedó dormido.
La luz del día siguiente entró con toda su intensidad en el cuarto, ni siquiera había recordado cerrar las cortinas. Antes de que abriera los ojos puso su mano enfrente, sentía que la luz le golpeaba en el rostro.
Junto a la mesa de noche, al lado de su cama, el reloj le decía que eran casi las 8:30. ‘Es un poco tarde ya’- pensó, siempre se levantaba muy temprano, por que el dormir le parecía algo inútil, pero necesario para no estar todo el día como muerto. Se levantó y camino hasta la puerta.
Su cama hecha un desastre, recordaba haberse despertado un par de veces en la noche, pero no sabía si eran sueños extraños, de por sí ya tenía mucha historia soñando estupideces.
Un recuerdo le vino a la mente, así que se devolvió de la puerta a hacia una parte del armario donde había guardado el arma que Lucio le había regalado, hace ‘siglos’ que no la veía. La desenvainó sentado en su cama, de alguna forma extrañaba las clases con Suzu. Como nadie el veía se puso a blandirla en algunas formas que la joven le enseñara, se sentía bien.
Guardó el arma y escogió alguna ropa para el día.
Fue a bañarse, sus hermanos ya estaban desde buena mañana pegados al televisor con algún juego de video. Se duchó rápidamente, vistió y bajo por el ascensor, como una sombra, sin decir ni hacer nada más.
Fue directamente a la cocina, donde su madre estaba terminando de limpiar todo lo del desayuno de sus hermanos. Su padre es escuchaba en el patio lavando el carro, para variar, siempre dedicaba su tiempo a otras cosa que no fueran la familia, o eso pensaba el muchacho.
SU madre le preguntó si iba a desayunar, a lo que asintió. “De paso-dijo su madre- tenemos visitas entonces necesito que le preguntés si va a desayunar también”
‘¿Qué?’-pensó con total extrañeza. Le indicó que la visita estaba en la sala, a pesar de que el al pasar no vio a nadie, fue a ver y para su total y hasta chocante sorpresa era Suzu.
“¡¿S, S, Suzu?!”
La joven, sentada en uno de los sillones respondió: “Si… al menos podría decir hola”
“P, perdón, pero es que no te esperaba encontrar a vos”
“¿A quién entonces?” replicó con un tono que denotaba cierto enojo.
“No sé- el muchacho se puso la mano en el rostro- mi madre pregunta si vas a comer algo”
“Creo que sí, dígale que gracias por su hospitalidad”
Lahel fue y le dijo a su madre, le ayudó a preparar y servir la mesa de la sala, mientras pensaba cómo era posible que hubiese venido, eso sólo podría significar más problemas.
Ya con todo listo, su madre le pidió amablemente a Suzu que se sentara junto con Lahel a comer, a lo cual la joven respondió con su dulzura anormalmente típica para con otras personas.
Ambos jóvenes se sentaron mientras su madre se excusaba para terminar sus labores.
Lahel tenía la mirada baja, y un poco temeroso dijo:
“Yo sé que suena muy cruel, pero… ¿qué hacés aquí?”
El muchacho no se esperaba tal respuesta de alguien como Suzu, pero esta dijo: “…Desayunando”, le pareció como una respuesta de un niño.
“¡Si yo sé!-dijo un poco molesto- pero además de eso ¿a qué viniste?...”
Suzu era de las personas que contestaban muy tranquila y cortantemente: “Don Lucio me mandó de regreso, quiere que me encargue de usted como al principio”
Otra vez el joven estaba estupefacto, primero Suzu, y ahora algo de Lucio…

(CONTINUARÁ)

Los '12' más '1': Tiempos de preparación, el futuro nace del presente.

miércoles, 13 de enero de 2010

El saber que Lucio estaba bien le reconfortaba un poco, pero… Había pensado que lo peor iba a venir en el incidente contra Alfonso, pero parecía que lo realmente peor ni siquiera había comenzado.
“Vamos al comedor, creo que es una buena hora para comer” André, con su típico acento y felicidad, parecía tan calmado.
Fueron entonces caminando por en medio del auditorio hasta el salón. Mientras caminaban el muchacho iba pensativo, ido en si mismo como fuera su maña.
El muchacho no entendía cómo mantenía esa fría calma; de todas formas, ahora que lo recordaba, André solía ser un asesino-sicario, por eso tal vez manejaba mejor las situaciones de peligro como esta. Este recuerdo le hizo sentir un leve escalofrío, estaba junto a alguien que podría tener problemas mentales, pero si Lucio confiaba en el… André le miró, pues el joven se había quedado un poco atrás en el camino de salida, Lahel sonrió levemente en respuesta y camino rápidamente hasta alcanzar al hombre.

Caminaron, saliendo de aquel salón, subiendo las escaleras y ahora tomando las escaleras, pero esta vez de subida hacia el área residencial. Ahora había un poco de gente dirigiéndose a alguna otra área, mientras otros se iban hacia el parque, la que iluminaba esta ahora enorme ahora era de color anaranjado-rojizo, cual atardecer normal, todo con tal de simular que estaban afuera, en el exterior, de hecho hasta una briza fresca se sentía por todo el lugar. No le sorprendía para nada a Lahel, pues siendo Lucio, todo estaba planeado hasta el más mínimo detalle.
Otro montó de gente caminaba, como el muchacho y André, hacia el área de residencias.
Había algo que el no había notado antes, había niños y muchachos parecidos a el entre la gente, el Valhalla en realidad era una ciudad subterránea, solo que en vez de fábricas, tenía un lugar de investigaciones.

Pasando el umbral hacia el área residencial, vio lo que parecía ser una especie de condominio, ya que habían más o menos 10 habitaciones en cada piso, a ambos lados del lugar, distribuidas en alrededor de siete pisos cada cierta cantidad e habitaciones habían pequeños balcones con plantas de flores y enredaderas, todos los pasillos con sus respectivas barandas y elevadores además de escaleras. En el primer piso, la distancias entre los juegos de habitaciones era casi del mismo tamaño que el área con pilares del piso inferior, por lo que ninguna de las habitaciones estaba sobre este espacio. En el piso, casi en la parte media, había tres puerta que era usadas por meseros, que repartían la comida a lo largo de este piso, donde había bastantes mesas con 4 sillas cada una, cual restaurante. Entre ellas algunas macetas enormes con árboles medianos, para terminar de dar un ‘sentir’ más familiar; en el techo, un domo de vidrio iluminado con la misma intensidad y el tomo de luz que el parque. Se sentaron en una mesa cualquiera, solo las sillas podían moverse, ya que las mesas estaban unidas al suelo. Una pantalla táctil, en el centro y a la misma altura que la superficie de la mesa, desplegaba la información del menú del cual se podía escoger, junto con los datos restantes del número de mesa, hora, día, etc.
“Escoja lo que quiera señor Lahel, los trabajadores se lo traen a la mesa una vez listo”
Como siempre, estas cosas despertaban una infantil curiosidad y fascinación en el muchacho:
“Bueno… entonces…”escogió algo de beber y algo de comer. André hizo lo mismo, presionaron ‘confirmar’ y al cabo de algunos minutos un mesero trajo su orden en bandejas de metal perfectamente pulidas. Mientras el hombre se las ponía en la mesa, junto con copas y las bebidas que pidieron, el muchacho preguntó:
“¿Y no hay que pagar nada?”, la aparente ingenuidad del muchacho sacó una leve sonrisa en tanto André como en el hombre que les atendía.
“No, señor Lahel, comenzando que ahora todo esto es en parte suyo también, y segundo, todo esto es financiado por nuestra Familia, es como parte de la paga de todas las personas que trabajan aquí y así en todas nuestras bases.”
El muchacho, sonriendo se sintió un poco avergonzado por el ello, mejor comenzó a comer.
Pasó un buen rato, mientras ambos terminaban su comida, André preguntaba al joven cómo había pasado los días festivos, especialmente el año nuevo, que era el más reciente. Sin darse cuenta, una hora había pasado.
Eran las 6. La luz de todo el complejo se había tornado en vez de anaranjado suave, al color habitual de la luz, algo poco intenso, pero lo suficiente como para permitir una buena visibilidad.
“Señor Lahel-dijo André limpiándose la boca con un pañuelo de tela- ahora vamos a la sala de computadoras, aquella cerca del elevador”
El muchacho asintió. Hizo lo mismo de utilizar el pañuelo de tela, y se levantó al ver que André hacía lo mismo.
Salieron por el umbral del área residencial, tomaron un transporte que pasaba, aparentemente a recogerlos; se montaron y fueron llevados a una de las puertas que daba a la sala de computadoras.
El hombre que manejaba se alejó no sin antes despedirse de André y el joven.
Las personas en la sala aún estaban cada una concentrados en sus máquinas y trabajos respectivos.
Entrando, André dijo:
“Buenas tardes, por favor conecten una línea ultra-segura con Elysium y establezcan una conexión con los otros ‘12’.”
“¡Si, señor!”-respondieron al unísono.
“¿Ultra…segura?”- se preguntaba el joven, era tanto el despliegue de lujo en cuanto al uso de tecnología que había visto en todo el complejo que no entendía ya nada de lo que estaba pasando. “Di, veamos qué pasa” se dijo mentalmente.
Mientras caminaban, André pareció dirigirse al pequeño kiosco que había en el jardín. Lahel le siguió.
Mientras caminaban hasta allí, el piso se abrió para dar paso a una mesa ovalada con trece asientos, 12 a cada lado y uno más en la cabecera, hacia el sur. Al otro lado de la cabecera, hacia el norte, una pantalla bastante grande tenía por el momento un despliegue del inicio de conexión. Algunos datos en pantalla decían: ‘Elysium: ingresando contraseñas; sistema aceptado y en línea. Estableciendo parámetros ingresados de conexión. Pasando a conexión Ultra-segura. Esperando conexión de destinos seleccionados. Confirmación de destinos seleccionados. Desplegando interface de comunicación audiovisual…’ Mientras tanto, Lahel iba a tomar asiento en uno de los lados de la mesa, pero André le indicó el campo de la cabecera. Una vez terminados los protocolos, después de más o menos 5 minutos, la imagen de los ‘12’ restantes apareció en pantalla.
“Buenas otra vez”-dijo André. A Lahel le agradó volver a ver a Cassandra, que le sonrió. El hombre se volvió sonriente a ver al joven e hizo un leve movimiento con la cabeza, como para indicarle que hiciera lo mismo.
“Buenas a todos y todas”-se sintió un poco avergonzado por que no sabía que más decir, de hecho, no se había dado cuenta hasta ese instante que estaba bastante nervioso, aunque no sabía muy bien por qué; pero la imagen de Cassandra le traía cierta tranquilidad.
André prosiguió: “Para que el señor Lahel también sepa, creo que es conveniente hacer un repaso por los eventos recientes- Lahel pensaba, extrañado, en cuáles eventos habían pasado- desde que se informó al Elysium que don Lucio había desaparecido y la forma en la que sucedió y la noticia se extendió, hemos tratado de controlar el caos interno y externo con las Familias que se han ido aliando a la nuestra, aumentado la cantidad de trabajo por persona, dependiendo de sus respectivas labores. Afortunadamente no ha habido ataques fuertes contra gobiernos. Debido al uso de recursos para encontrar a don Lucio, la cantidad de operativos en contra de las Familias enemigas de China, Suramérica y África bajaron un 10, 32 y 45 por ciento respectivamente. Debido a los ataques esporádicos de estas agrupaciones y del sabotaje interno de tipo terrorista, por parte de la familia Gabrielli, o al menos eso se asume, la ayuda político-militar de ciertos gobiernos, especialmente los más poderosos, ha decaído en general en un 30 porciento. Estos hechos combinados han llevado a incidentes como el AF-B2.3-400 en África central, donde como la mayoría sabemos nuestros operativos fueron perseguidos y devastados frente a nuestros ojos sin sobrevivientes, con bajas estimadas de 700 personas en menos de un mes”- ‘¿700 personas muertas?’ pensaba el muchacho con sorpresa. ¿Qué estaría pasando en África? Siempre había sido conflictiva o al menos eso enseñaban en las escuelas, pero parecía que la situación era peor de cómo la habían puesto a principios del siglo 21. Lo peor de todo es que situaciones como esa no eran anunciadas al mundo, nadie sabía de los sacrificios de esas personas. Estos pensamientos hicieron que el muchacho interrumpiera a André:
“¿Pero cómo es posible que 700 personas se mueran como de la nada? ¿No es que la Familia…” antes que pudiera terminar, André retomó:
“Señor Lahel, como puede imaginarse, la situación en esa zona es miles de veces peor de lo que las noticias la presentan, son hechos cubiertos por que el mundo se maneja por poder y dinero, y la tecnología cada día es más destructiva gracias a los avances logrados en lo que llevamos del siglo 21, si quiere saber mejor los detalles, le enviaremos una copia de las operaciones recientes a su computadora en su casa”- el muchacho recordó el hecho de este aparato en su cuarto y sintió cierto enojo, pero lo de África le devolvió al presente, asintió y se quedó callado.
Viendo esto, los rostros de algunos de los ‘12’ desprendieron una especie de enojo por el comportamiento del joven, de hecho, esto era porque a pesar de que todos estaban de acuerdo con el nombramiento, no les parecía adecuado ni agradable que le muchacho se involucrara en asuntos de tanta importancia, por la edad del muchacho, esto sin tomar en consideración que Cassandra era casi de la misma edad. “¿Don Lucio no ha dejado alguna directriz además de aquel video?”-preguntó la señora García con su acento español muy marcado.
“No-respondió André- parece que como suele ser su costumbre en momentos delicados, nos dejó a nosotros el qué hacer y el qué no hacer” Hubo un poco de silencio, algunos pensaban en miles de opciones, otros, trataban de hacer memoria de soluciones de tiempos pasados.
El señor Smith tomó la palabra: “Tal vez sería conveniente poner en marcha el ‘proyecto Eden’, para que si va a haber una guerra con los Gabrielli, no seia en la tierra firme, y no nos distruyan de poco en poco”
El resto de ‘12’ comenzaron a hacer comentarios al mismo tiempo, unos diciendo que les parecía una buena idea, otros que era muy precipitado, otros señalando que era un proyecto para tiempos de paz, Cassandra no hacía comentarios, solo escuchaba los comentarios de todos, los mismo hacía André, y Lahel no entendía nada, para variar. Prefirió no decir nada hasta ver que sería lo que pasaría.
La señora Lee, levantando una ceja, dijo en voz firme pero baja:
“Si vamos a optar por utilizar nuestra ciudad de ensueño como fortaleza, con tal de protegernos, deberías proteger lo más importante para muchos de nosotros.
El silencio fue patente; el señor Zheng preguntó: “¿Y que selía eso?”
“Pues…-continuó la mujer- si don Lucio nombró a un sucesor con tal de preservar el futuro de su legado y nuestra Familia, entonces nosotros deberíamos hacer lo mismo, perpetuar de alguna manera nuestro legado como parte de los ‘12’ de don Lucio.”
“Creo que entiendo la idea, pero quisiera que se explique más”-sugirió la señora Camara.
“Pues es muy sencillo, escoger nosotros propios sucesores de entre nuestros hijos e hijas. De paso me adelanto a las posibles dudas del ‘para qué’; les propongo que este grupo nuevo, bajo el mando del señor Lahel- ‘¡¿qué?!’ pensó Lahel de inmediato- funcione como nosotros, siendo otra forma de gobierno, en entrenamiento por supuesto, dentro de la Familia, así podremos manejar mejor esta situación. Dos ‘cabezas’ pueden funcionar mejor que una”
Aquellos a quienes no les parecía el dar tanta importancia desde ahora al muchacho, no pusieron muy buena cara.
El señor Yosef argumentó entonces:
“No me parece la idea de hacer otro grupo con poder, no creo que estén listos, pero si la de escoger a nuestros sucesores y pensándolo bien, esto podría traer más confianza a toda la Familia y bueno, algunos de nuestros hijos e hijas ya son adultos y si nos les enseñamos a defenderse ahora, no lo harán en el futuro” Cassandra estaba muy de acuerdo con la idea, pero no sabía a quién nombrar.
El señor Zheng, cuyo acento parecía como de película estereotipada, aunque en momentos podía pronunciar bien; volvió a comentar: “Igualmente no estoy de acueldo con hacer un segundo ‘gobielno’ pero total algún día nos reemplazalá quien sea, y aunque no quelamos nuestros hijos están en peligro, es mejor involucrarlos por las buenas antes de que se vean involucrados de otlas formas”
Montebianco y Martello se dijeron entre sí algo en italiano, luego Montebianco dijo:
“Creo que es una excelente idea, llegó la hora de seguir adelante, y el señor Martello y yo pensamos que nuestros hijos, a pesar de su corta edad, deben estar preparados desde ya para todo”
“Che, grazie” dijo el señor Martello, este no podía pronunciar muy bien español, por lo que prefería de vez en cuando que alguien tradujera.
“Estoy de acuerdo- aprovechó en decir la señora Naidu -aunque los tiempos son duros, nuestros hijos deben tomar su futuro por sus propias manos”
“Entonces-dijo André-¿quién está de acuerdo en utilizar el proyecto ‘Eden’?-la mayoría levantó su mano, solo dos personas no.- ¿Y el nombrar un sucesor de entre sus familias?-todos alzaron la mano. Cassandra estaba dudosa pues no sabía a quién nombraría ella- Ahora, creo que esto es importante-prosiguió el hombre- Señor Lahel, ¿usted está de acuerdo con ser la cabeza de los nuevos ‘12’?”
El muchacho no sabía que decir, la lengua se le había trabado. Un poco temeroso asintió con la cabeza. Por más que había querido, ahora le tocaría una enorme responsabilidad con personas que quizás no conocía, seguramente pondrían a gente con mucha más experiencia y edad, pero lo hacía dudar el hecho de que hablaran solo de sus ‘hijos’.
“Bueno, eso nos resuelve un problema, ahora terminaremos por definir el plan de ataque y defensa”-aseveró André.

(Continuará...)

Todo está entrelazado: una Familia, varios miembros.

miércoles, 6 de enero de 2010

“Es hora de irnos señor Lahel”- dijo André ante la expresión de fascinación de niño que tenía el joven. Se despidieron, André y el muchacho del doctor Drexler, saliendo de la habitación y poco a poco, regresando al punto de inicio, el elevador. Lahel no dijo nada en todo el recorrido, su mente estaba puesta en lo que había visto y las posibilidades que podría tener tal tecnología.
André se iba despidiendo de todos y todas los funcionarios, conforme iban saliendo. Ya en el elevador pequeño, André preguntó:
“¿En que piensa señor Lahel?” el hombre miraba al frente.
El muchacho volviéndolo a ver, dijo:
“¿Don Lucio tiene esta cantidad de poder? O sea, un crucero es como normal, una base submarina, bueno… pero bases subterráneas y esta investigación con nanomáquinas… ¿Qué es lo que quieren lograr con tantas cosas? ¿No era solo luchar contra la mafia normal?”
“Bueno-dijo André con una leve sonrisa- esos son muchos pensamientos, pero vamos por partes. Si, nosotros nos encargamos de luchar con Familias de Mafia normal, tratando de erradicarlas, pero como dijera don Lucio aquella vez, tenemos todo el poder y medios que queramos, lo que pasa es que don Lucio se ha estado cansando de utilizar todo su poder para mantener un balance. Su plan de retiro es hacer algo aún mejor con todo su poder y al mismo tiempo acabar con todo lo que se pueda del crimen. Algo como inclinar la balanza”.
“¿Algo como hacer una guerra final?”-dijo el muchacho un poco preocupado, pensaba que los avances médicos que había visto podrían usarse para fines bélicos.
“No, más bien evitar por siempre una guerra que varias veces las Familias de Mafia han querido hacer para eliminar toda oposición y como reformar el mundo. Los hemos detenido por años”
El muchacho guardó silencio, pensando que ahora toda esa responsabilidad, fuera que Lucio apareciese o no, caería sobre sí mismo. Caminaron hasta el elevador grande, comenzaron a subir, salieron, y ya en la sala de la casa de Lucio, el atardecer iluminaba el vitral enorme.
“Creo que entonces debo irme gracias por el ‘paseo’, estuvo muy interesante”-dijo Lahel.
Antes que el joven comenzara siquiera a irse, André dijo:
“Señor Lahel, ¿sabe por qué le mostré el Valhalla?”
“Si, -dijo el muchacho con bastante confianza- porque soy el sucesor de don Lucio, y si me escogió fue para que siguiera lo que él ha tratado de lograr, o algo así ¿verdad?”
André lo miró complacido, asintió con la cabeza y agregó:
“Que le vaya bien, au revoir, señor Lahel”.
“Chao André” Se dio la vuelta y se fue. André ya le había abierto el portón, solo le restó devolverse hacia su nueva casa.
Transcurrió el tiempo, la Navidad, el año nuevo, sus respectivas cenas… André de cuando en cuando a parecía, también visitaban a sus parientes. Los otros miembros de la familia de Lahel, sus abuelos, tíos y primos se sorprendían de la nueva casa; el muchacho se entretenía saliendo con sus amigos y en un momento sorprendiéndolos también con su nueva residencia; realizaba sus pasatiempos, pasaba el tiempo con sus hermanos; plantando en el jardín, etc, etc…
Lucio le parecía ahora casi como una memoria, pero al menos no había tenido que tomar responsabilidades, solo pasaba el tiempo un día a la vez, por el momento. Temía de cuando en cuando su nombramiento.
Llegó el 2 de enero, domingo, un nuevo año había comenzado hace un día, y todo era igual, con la diferencia que ahora tenía una nueva casa. Se vistió con un pantalón negro y una camisa formal blanca de manga larga, parecía que Lucio le había ‘pegado la maña’ de vestir elegante, aunque esto nunca fue muy diferente a como vestía antes de conocer al hombre. El día transcurrió normalmente, habían ido al oficio religioso el día anterior. Ayudó en la casa como de costumbre, su papá de su mal humor normal, sus hermanos tranquilos, aunque peleando de cuando en cuando por alguna cosa, y su madre, sin algún cambio particular.
En su cuarto, luego del almuerzo, se recostó. Escuchando un extraño sonido, se incorporó, era como un sonido de computadora, algo como una alarma, pero muy leve.
El sonido parecía venir de entre su armario. Se acercó, percibiendo de forma cada vez más audible el sonido. Entre su ropa, cuidadosamente colgada por su madre, comenzó a palpar la pared, esta estaba hecha de mosaicos del mismo color de la madera del armario. Unos instantes luego de estar en ello, un sonido como un mecanismo metálico se escuchó. Una porción de la pared se deslizó hacia un lado dejando al descubierto un pequeño espacio en el que estaban una silla y un mueble con una computadora y un monitor muy grande.
El monitor estaba apagado y el sonido parecía venir del teclado; una pequeña luz roja a la par de un botón del teclado parpadeaba al compás del sonido. Al momento en que el joven presionó el botón, se encendió el monitor y la imagen de una mujer apareció, parecía de aquellas personas de la sala de computadoras de Valhalla, esto por su uniforme:
“Señor Lahel, el señor André ha pedido su presencia hoy a las 5 en punto en Valhalla”
El muchacho estaba sumamente extrañado de tal artefacto. Se decía a si mismo cómo era posible que Lucio pensara este tipo de dispositivos, por un momento se sintió harto de las ocurrencias del hombre, y el hecho de que cada cosa parecía pensada como en un juego de video ‘RPG’:
“S, si, entiendo, ahí llegaré”
“Bien, informaremos ahora al señor André, el ha insistido en que se presente puntualmente, que tenga un buen día, fin de la comunicación”
Antes de que Lahel pudiera decir una solo palabra, la ventana de comunicación se cerró, lo que quedaba era un fondo de pantalla del símbolo de la Familia, con algunas aplicaciones, que el joven no quiso revisar por el momento. De hecho le parecía muy raro, sentía que ahora lo nombrarían el ‘Don’, por la cantidad de tiempo que había pasado desde la desaparición de Lucio.
Cerró la puerta del pequeño cuarto deslizándola. Lo que ahora embargaba su mente era cómo era posible que Lucio hubiera podido construir algo tan enorme Valhalla, se recostó otra vez, mirando hacia el techo, blanco como toda la casa. Tal vez habría metido la maquinaria por alguna parte cercana al complejo, o quién sabe, la verdad aún seguía un poco indignado de que tanto aparato y tontera que Lucio imaginara fueran ahora parte de su vida, cerró los ojos, un rato.
Más entrada la tarde, y sin decir mucho a sus familiares, mientras ellos decidieron ir a visitar a los abuelos, el les comentó que no iría por un compromiso con unos amigos, esto porque pensaba que un domingo, el decir que tenía algo del trabajo era completamente inapropiado, más con su irritable padre ahí, prefirió otra coartada.
Calculó el tiempo para llegar en punto, salió de su casa despidiéndose del guarda, caminó hasta llegar hasta donde Lucio, pidió que le abrieran, y aunque los portones se activaron, no había nadie dentro de la casa, una vez que entró. Siguió entonces el mismo procedimiento que André le enseñara, movió el libro, caminó al salón con los pilares, puso su mano en el mismo, sintiendo el piquete otra vez, bajando por las escaleras, a su vez bajando por el elevador grande, luego por el pequeño, y al fin llegando al jardín.
Un hombre de apariencia bastante joven con un traje muy extraño, algo militar, pero en vez del saco tradicional, parecía una gabardina-saco; le esperaba en la parte de sala de cómputo:
“Señor Lahel, es un placer, por favor, acompáñeme al auditorio”-le saludó poniendo su mano derecha en el pecho; hablaba en perfecto español, y era de rasgos eran caucásicos.
El muchacho asintió con la cabeza. El hombre se dio la vuelta y el joven le siguió de cerca.
Abordaron otro mini auto como el de días anteriores, pero esta vez se dirigieron a la zona residencial al norte del complejo. El umbral parecía el de la zona de Investigación, pero tenía también tres entradas hacia abajo en el centro y lados del umbral. Curiosamente parecía no haber nadie en todo el complejo.
Ambos se bajaron del transporte, bajaron por las escaleras hasta una sala de proporciones enormes y llena de columnas que soportaban el techo de las residencias en sí, pero sin nadie ahí, aunque se escuchaban murmullos por todas partes. Los candelabros eléctricos del área iluminaban bastante, dejando ver los detalles del mosaico del piso y el diseño de las paredes que parecían de roca sólida.
Caminaron hasta una de las puertas de madera más al centro y al fondo de aquella área. El hombre le abrió la puerta y le indicó que pasara. Caminaron por el espacio sumamente oscuro en medio del área, con personas a ambos lados, parecían ser unas cien a cada lado; hasta lo que parecía un placo semejante al de los teatros, viendo hacia la entrada, Lahel se subió en el palco y quien le acompañaba se retiró. El palco tenía 3 sillas y en la de la izquierda estaba André que levantándose dijo:
“Señor Lahel, justo a tiempo. Por favor tome asiento”-indicando el del centro.
André dijo algo en voz baja, dirigiéndose hacia el frente, el palco comenzó a elevarse unos 5 metros, y un reflector iluminó a André aún de pie. A los lados del palco y al frente del mismo, se encendieron dos pantallas gigantes, y la luz de las pantallas dejó ver aún más personas sentadas en la parte del suelo del auditorio y otras en 3 pisos de palcos en forma de media luna en torno al centro del lugar, el palco donde estaban el joven y André, y en medio de estos palcos la pantalla al frente de este palco principal.
En todas las pantallas se proyectaba la imagen de André y Lahel en el palco.
“Buenas tardes a todos, tenemos el placer de contar con la presencia de Lahel Speroza, sucesor oficial de Don Lucio”. Lahel sonreía apenado, mientras todos aplaudían. Conforme los aplausos se fueron atenuando, el nerviosismo del joven creció desmedidamente, sentía un leve temblor por todo su cuerpo. ¿Sería posible que fuera a ser nombrado ‘Don’?
“Los hemos citado a todos y al resto de los 12 en esta tele-conferencia, pues tenemos noticias de don Lucio.”
El silencio de todos fue patente. Parecía que los 12 desde sus respectivas residencias alrededor del mundo y sus hombres, miraban también esta transmisión. El muchacho no lo podía creer, al fin se sabía algo de Lucio. ¿Estaría vivo luego de aquel incidente desastroso?
André prosiguió con seriedad:
“Lamentablemente el barco del incidente con la Familia Gabrielli fue completamente destrozado, y no se encontraron sobrevivientes, ni cuerpos de las personas en el barco -estas noticias parecían más desalentadoras cada vez- Desconocemos el paradero de don Lucio, pero esta transmisión fue enviada a la base de datos del Elysium a las 0 horas del día de ayer, por favor proyéctenla”
El joven miraba atento la pantalla del frente, y así todos y todas las personas presentes.
Otra vez André dijo algo y la imagen de Lucio, con un cielo azul, playa y mar de fondo, fueron proyectados en la pantalla:
“Saludos a todos y todas- Lucio se veía un poco descuidado, con un poco de barba pero con ropa en perfecto estado- si reciben esta transmisión, deseo que reúnan a los 12 y a todos y todas los miembros de nuestra Famiglia y se las muestren al mismo tiempo. Quiero que sepan que estoy bien, no puedo revelar mi ubicación por ahora, pero sepan que la Familia Gabrielli está buscando la forma de acabar con nosotros, no sé cuándo ni cómo atacaran.
Con el incidente de los días pasados, donde pareció que morí, espero haber creado la imagen de que la Familia había recibido un golpe directo matándome, pero como ven estoy bien y también toda la tripulación.-Lucio reía en su grabación- A mis queridos 12, por favor pónganse en alerta máxima, junto con toda nuestra fuerza militar, e influencias militares y políticas; a nuestros investigadores y colaboradores en general, por favor trabajen tranquilamente, pero necesito su colaboración con nuestra milicia., Gracias a todos y todas por su trabajo y por continuar con este sueño de tratar de hacer un mundo mejor con los medios que se nos han dado a través de esta Familia nuestra. ¡Ciao a todos y nos veremos pronto!” La grabación terminó. La imagen de André fue restablecida, ante el silencio de todos y el asombro del muchacho:
“Bueno, gracias a todos y todas por su presencia, por favor regresen a sus quehaceres y nosotros los 12 les pido nos reunamos hoy dentro de una hora para realizar planes de emergencia en respuesta a esta situación. Debemos mantener la calma y nuestra unión como Familia, según el deseo de don Lucio”. Las luces fuertes se encendieron y la gente comenzó a salir por diferentes puertas, de aquel auditorio. Mientras el palco descendía, André le confirmó al joven que los otros 12 miraban la transmisión y le pidió se reuniera con ellos, mientras tanto se quedara con él en Valhalla.
“¿Por qué mostrar la transmisión a todas esas personas?-preguntó el joven luego de acceder a la propuesta de André-muchos ni siquiera son militares.”
André se puso un poco serio: “Cuando le traje al área de investigación la situación se había calmado un poco, pero al principio, la noticia de la supuesta ‘muerte’ de don Lucio creó un caos enorme al informar al Elysium de nuestra ubicación luego del ataque, pues todos temían por sus vidas, ya que nos derrotaron tan fácilmente y la idea de que hubieran matado a nuestro líder hizo casi imposible mantener la paz, es como si mataran al presidente del país- reía un poco- pero a grandes esfuerzos de nosotros los 12, mantuvimos un poco la paz. De hecho Suzu regresó a Japón para mantener en paz nuestras relaciones con aliados de ese país, y así por todo el mundo. Ahora con don Lucio comunicándose, esperamos que la esperanza renovada retorne la paz.”
Ello tenía sentido. Entre más grande es un imperio, más peso tiene la cabeza en organizar al cuerpo, al menos eso pensaba Lahel, y recordaba una frase que sus hermanos y el solían decir cuando jugaban contra un jefe en un video juego: ‘mata a la cabeza y matarás al cuerpo’.
Ahora lo que habría de venir, fuera lo que fuera, requería que el diera su opinión, después de todo el mismo y su familia eran blanco directo de Alfonso.

(Ahora si, Primer Post Oficial del 2010!!; CONTINUARÁ)