El poder no es sólo para ordenar, también para servir

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Aunque no entendía muy bien el por que de la historia de André, sabía que algo tendría que ver con el hecho de que le quería recalcar que no debía aprovechar este ‘regalo’. Conforme se acercaban a la mesa, sus hermanos y padre llegaron también. Se sentaron todos y comieron compartiendo algunas conversaciones, y su padre, apreció, ahora dejar de lado, al menos un poco su rechazo por André. Al terminar la cena, el hombre y el muchacho ayudaron a recoger la mesa, junto con su madre y al cabo de un rato, André se despidió de todos y partió. Luego cada quien fue directo a su cuarto. Al llegar a el, Lahel se recostó y quedó dormido, en esta semana que comenzaba tendría un par de exámenes y no quería hacer ya nada. Al día siguiente clases, al otro un examen para el que no había estudiado mucho, pero del cual ya sabía la materia. Que mas daba, ahora solo quería tener un poco de paz.
Al día siguiente, fue a clases y a las horas de haber regresado a su nueva casa, André volvió en la tarde para cuidar todo detalle de este plan. Suzu, o al menos eso dijo André, estaba fuera del país, por lo que no le daría algún que-hacer por un buen tiempo.
En el trajín de acomodarse a la nueva casa, los exámenes de el y de sus hermanos pasaron 2 semanas. No se supo más de Lucio, a pesar de los esfuerzos de la Familia de encontrarlo, y de las esperanzas del joven. Ahora su padre y su madre tenían los dos un auto, por el de color negro que había en el garaje desde el principio, habían acordado turnárselo. Su vida religiosa había vuelto a la normalidad, iba al oficio religioso cada fin de semana. Luego de ese tiempo, había terminado el curso lectivo. Sus compañeros de universidad hicieron una fiesta de fin de año lectivo, pero a pesar de que fue y aprovechó el rato bastante, algo le faltaba. La felicidad que había obtenido no se había ido, todo era especial, pero faltaba algo, y sentía que no podía sacarle el mayor provecho a todo. Era un sentimiento ambivalente y difícil de comprender: sentirse vacío y lleno al mismo tiempo.
Al cabo del tiempo de su salida de la universidad, fue a visitar la casa de Lucio, que ahora quedaba tan cerca de la suya. Tocó el timbre que estaba a un lado del gran portón negro. André respondió, y le pidió que le abriera. Mientras los grandes portones se abrían, el muchacho se preguntaba si había alguien más en esa mansión de la típica gente, que en total serían como 4 personas. Caminó hasta el pórtico, abriendo a su vez la puerta. Pasó los cuartos, recordando todos los eventos que desencadenaron el día presente: el cuarto en el que se encontró con Lucio, luego la sala donde había descubierto que era amigo de la infancia de sus padres… El vitral enorme parecía más brillante de lo habitual, debía ser porque eran las 12 pasadas.
Esperó un momento y nadie bajó, así que decidió subir por las escaleras.
“¿A la derecha o a la izquierda?” se preguntaba, pero su pregunta le resultó trivial ya que los dos caminos se volvían a unir. Un pasillo con varios cuartos en el medio era lo único que había, con un cuadro de Lucio en el fondo del pasillo largo y tenue. El muchacho iba abriendo cada una de las puertas, en una un baño, otra un cuarto, otra un estudio, etc… Ninguna parecía importante y todas ellas estaban vacías. El cuadro de Lucio era lo único que le faltaría por revisar.
Una pequeña mesa estaba debajo del cuadro, un aparato, parecía de esos que se utilizan para las huellas digitales, solo por diversión puso su dedo índice, conociendo a Lucio, detrás del cuadro estaría su cuarto. Dicho y hecho, el aparato pareció reconocer la huella de Lahel y le dejó entrar, corriéndose tanto el cuadro, la mesa y la pared hacia adentro de aquel reciento ‘secreto’. AL entrar, la ‘puerta’ se cerró tras el. Era un espacio con una piscina en el centro y pilares blancos a su alrededor y masetas con palmeras, entre ellos. Al fondo la cama estilo antigua de Lucio. A un lado, una puerta que daba la baño con tina y un espejo enorme y al otro lado del lugar, otra puerta que daba a un ropero, lleno de trajes exactamente iguales, todos negros.
“Típico de Lucio” pensaba para sí, tanto lujo ya no le sorprendía. A la cabecera de la cama uno ventanales con cortinas blancas, iluminaban el lugar. Igualmente, a un lado del salón estaban unas sillas con una pequeña mesa y al otro un escritorio. El joven se acercó al escritorio. Había un libro abierto, con sus páginas escritas a mano, el último trozo de texto decía:
“ ‘Ilusiones eternas de un idiota’
Quise ser grande, quise también servir al Creador, pero entre tanta cosa, descubrí que quería vivir mi vida también.
Sin más que decir, me quedé sumido en la tonta oscuridad del pensamiento inamovible.
Quiero todo, pero también quiero nada, tal vez si mi vida no tuviera fin, tal vez si fuera inmortal, si el tiempo para mí no significara nada: podría hacer lo que quisiera, volar, saltar, correr, vivir, hacer y no tener que vivir preocupado porque un día más a pasado y con la eterna agonía de añorar un mañana, sabiendo que mañana moriré.
Existen miles de caminos, tres para ser exacto. El del mundo, el Divino y el mío. Si los uno todos tal vez…”
Antes de que terminara de leer, su celular sonó, era un mensaje de André que le pedía que bajara a la mini biblioteca del salón del primer piso. Tocó un interruptor al lado de la puerta de salida, la pared volvió a correrse y al bajar las escaleras, André lo esperaba sentado en una de los sillones. El hombre se puso de pie y estrechando su mano le dijo:
“Veo que ya conoció el cuarto de don Lucio- el joven iba a decir algo, pero André continuó- ese era muy obvio, pero vamos al que no lo es tanto”
El hombre tiró de un libro que decía algo como ‘Aquila non capit muscas’. No sabía lo que significaba, pero esto abrió un pasaje por uno de los estantes de libros, el muchacho pensaba el lo ‘clichésco’ de aquella cosa. Ambos entraron por es lugar, pero ahí fue donde lo obvio acabó.
Un espacio enorme con paredes que semejaban la fachada de varias ventanas vista desde la parte de atrás de la casa de Lucio, pero los muros estaban hechos de un material sólido que dejaba pasar la luz de afuera, por ello el vitral se veía tan brillante del otro lado. Había algunas plantas y en el centro del lugar había 13 pedestales y al pie de cada uno símbolos. André se acercó a uno de ellos y le pidió al muchacho que pusiera su mano sobre el. No le parecía una buena idea, pero siguió las indicaciones del hombre. Al poner su mano, sitió un piquete en su dedo índice, hizo que iba a quitar la mano, pero André se la sujetó en su lugar. Lahel le volvió a ver con el ceño fruncido, pero el hombre le pidió que se esperara. AL momento, en forma de aro, el piso alrededor de los pedestales comenzó a descender, formando una espiral de escalones. André sonriendo, le pidió que bajara con él. Comenzó a bajar por ellas junto con el hombre, al final, una puerta que se abrió de pronto ante la presencia de los dos, ubicada en el pilar central alrededor del cual estaban los escalones. Ambos entraron y el piso comenzó a descender luego que las puertas se cerraron, el lugar tenía su propia luz en el techo, pero era una luz muy tenue y de color azulado. El joven había mantenido total silencio. Miró su mano, de la impresión había olvidado el pinchazo que había sentido, un pequeño punto rojo era lo único que tenía.
Luego de varios minutos, casi una eternidad para el joven, el ‘ascensor’ se detuvo. La puerta se abrió y los hombres salieron por ella. Caminaron por un pasillo más o menos ancho y a pesar de que al final del mismo, a los lados habían más escalones que daban hacia abajo, el hombre se montó en otro ascensor en el medio de ellos, espero que el joven hiciera lo mismo y corrió una pequeña baranda, este aparato perecía, a pesar de nuevo, de un modelo muy antiguo. A pesar de ello, una pantalla de tacto que había en uno de los lados del ascensor se activó. El hombre miraba algunos datos en el monitor, sin que el joven tomara mucha importancia. Unos cuantos minutos después, una sala enorme se habría frente a sus ojos.
Miles de luces iluminaban aquel lugar: un salón enorme que parecía un jardín, tenía una pequeña casita. Un sendero con un puente sobre un riachuelo que corría por un lado de la casa pequeña a la derecha del lugar daba a una sala de computadoras. Una pantalla enorme desplegaba miles de datos. Y varias personas estaban en las computadoras, realizando operaciones que parecían no tener sentido para el joven.
Mientras caminaban hasta el lugar de computadoras, el muchacho preguntó en vos muy baja qué era eso, hasta el momento no había entendido el propósito de ese lugar.
“Esta es la base de operaciones de don Lucio, o más bien la segunda base. Se conoce como ‘Valhalla’. Es una medio-ciudad construida para controlar los asuntos de don Lucio desde este país en coordinación con la base original: 'Elysium', una fortaleza en el océano atlántico, justo debajo de ese lugar donde se pierden los barcos jajajaja” Mientras André reía, el muchacho pensaba si era el mismo lugar que el mismo pensaba, y si en algún momento algo tuvo que ver Lucio en la desaparición de barcos o así, pero la verdad prefirió no pensar en ello.
“¿Y qué hacen aquí?” preguntó Lahel ya una vez que estaban en el lugar con computadores, la gente se levantó y saludó de forma militar a André y al muchacho, parecía que ya lo conocían.
“Pues-dijo André luego de saludar de vuelta- está construido en una caverna natural varios metros bajo la superficie, como pudo ver, aquí en esta parte de sistemas, estas personas se encargan de estar en contacto con Elysium, y a su vez Elysium está en contacto con toda la red de la Familia alrededor del mundo, o sea los 12 reportan a Elysium, y esta misma base funciona con el sistema de Elysium, así que la base principal tiene un reporte de todos los movimientos de la Familia. Esta base fue construida por don Lucio, pero la otra fue construida por su padre.”
André le indicó al joven que viera la pantalla. Y dijo algo al oído de una mujer en una de las computadoras. La imagen de los planos del complejo apareció en la pantalla: el norte indicaba hacia la izquierda de la pantalla. En la parte oeste estaba la entrada del ascensor y el jardín con la sala de control. Hacia el este, por el jardín estaba otra sala más grande que parecía ser un parque, este era como el centro del complejo. Hacia el norte desde el centro, estaba el área residencial, al noroeste el área de cultivos, hacia el suroeste los sistemas del complejo. Hacia el sur el hospital, en la parte sureste el generador principal de energía y en un gran área al este, el área de investigaciones. Lahel preguntó el porqué de área residencial y de investigación.
André le miró fijamente: “La residencial es porque este lugar está lleno de operarios y científicos, por eso también el área de investigación”
“¿Y qué clase de investigaciones hacen?”-el joven a su vez miraba al hombre muy interesado.
“Más que todo, de tipo biológico, robótico y así, pero no crea que hacemos virus o pistolas y tanques- dijo esto ante una expresión de preocupación del joven- es algo más productivo. De hecho podemos ir a ver, creo que está listo” Al decir esto, salieron por uno de los lados de la sala de computadores saliendo a un parque enorme lleno de árboles y un lago rodeado de una carretera pequeña, tenía luz propia provista por luces especiales en el techo del lugar que asemejaban la luz del sol de día, pero un poco menos intensa. Había un pequeño carro muy primitivo en construcción pero de tipo eléctrico. Lo montaron y André, cual fuera su costumbre, manejó hasta los escalones de piedra de la entrada que asemejaba un estilo nórdico que el joven hubiera visto en internet. Al entrar, una mujer detrás de un mueble a la derecha de la entrada, solicitó a los dos poner su mano en un pedestal, otra vez. Dos guardias cuidaban la entrada sellada por una puerta que parecía de bóveda de banco. Primero lo hizo André y luego el muchacho, que volvió a sentir el pinchazo, pero en el dedo medio. La mujer, mirando una pantalla en su mueble, musitó algo en voz baja mientras tecleaba y dijo a los guardias que abrieran la entrada. Un pasillo blanco con paredes y piso brillosos era lo que estaba detrás de la puerta que lenta y pesadamente se abrió una vez que los guardias la abrieron a mano.
Había una que otra puerta, pero André caminaba si detenerse, con el joven siguiéndole por detrás. Un giro por un lado, por otro, unos pasos más y al fin una puerta. ‘Área de investigaciones biológicas: División de Nanotecnologías’ se leía en la puerta, pero en otro idioma que le muchacho entendía. André acercó el revés de su mano a un sensor al lado de la puerta, tenía un anillo de oro engarzado con una piedra negra con algo grabado que no era muy visible desde el lugar donde estaba parado el muchacho. La puerta se abrió, dejando ver un cuarto con una puerta de algún material transparente sólido y grueso con una cerradura de palanca. Luego de abrirla corriéndola, no sin antes haberse cerrado la anterior, lo que había era un área de paso libre, como un pasillo al que se conectaban 3 cuartos, una a la derecha, otro a la izquierda y otro al final del pasillo, este el más grande y todos con paredes del mismo material transparente. Había alguna gente trabajando con trajes de cuerpo completo, con casco incluido en uno de los cuartos, en el otro había gente con animales realizando actividades de aprendizaje y observación de habilidades con ellos, principalmente monos. Al final, un área de pruebas dividida en dos partes, en la primera hombres solo con gabacha y otros con una bata parecida a la de hospital, realizando observación unos y ejercicios los otros. La otra sala estaba vacía. Adré le sugirió al muchacho que dirigiera su atención al área con personas.
“¿Qué tengo que ver?”-dijo el muchacho que sólo veía gente ejercitándose.
“Los estudios que se realizan aquí son nanomáquinas ¿recuerda? Esas personas tenían algunos problemas con sus órganos especialmente el corazón, otros no tenían problemas, pero están en observación por la introducción de nanomáquinas en el organismo para ver sus reacciones. Los animales de allá atrás pasaron por estos mismo procedimientos, se trata de evaluar la respuesta animal y humana- el muchacho no sabía que decir, era algo muy raro- por ejemplo, mire aquel hombre- señaló a un hombre muy joven, tal vez 27 años, de tipo norteamericano- tenía un pequeño hoyo en el corazón desde el nacimiento, fue un milagro que viviera tanto, pero luego del procedimiento de nanomáquinas, estas se unieron a su corazón formando un tejido artificial y ahora tiene una condición física mejor que la mía. De hecho yo tengo algunas nanomáquinas experimentales que sirven para activar cosas electrónicas al recibir la señal. Funcionan igual que un chip que inventó un científico de los años noventa, solo que ese chip medía lo mismo que un grano de arroz, las mías son casi microscópicas.”
“¿Entonces pueden reparar órganos pero no reemplazarlos?”
“No, solo se puede ayudar al órgano, por que las ‘nanos’, como les dicen aquí, no pueden programarse aún para cumplir con funciones más complejas que tejido. O al menos eso dice el Dr. Drexler”
“¿Y ese quién es?”-preguntó el muchacho, ahora más interesado en la investigación. Le parecía curioso que Lucio trataba de hacer lo mejor en casi todos los campos. Tal vez no era solo como el dijo en un inicio, detener a las demás Familias de la Mafia, sino que estaba yendo más allá.
“Es ese de el fondo, de cabello café hacia atrás. Es de rasgos asiáticos, pero es norteamericano, es el director de la investigación”
Era un hombre de anteojos con traje casi entero y con gabacha blanca que estaba junto a uno de los pacientes con implantes de nanos. André le hizo señas de que viniera, y el hombre señalándose con extrañeza se percató de que era a él a quien llamaba y salió del cuarto.
André estrechó la mano del hombre “Doctor, este es Lahel, el sucesor de don Lucio”
“¡Hola!-dijo mientras estrechaba la mano del muchacho, tenía ese acento extraño de su país- Me llamo Richard T. Drexler, jefe de esta investigación, es un placer, joven”
Hablaba muy formal aunque aparentaba la misma edad de Lucio, tal vez sería por la barrera del lenguaje.
“Vengan al laboratorio, tengo algo que podría gustarles”, dijo el doctor muy entusiasmado de mostrar a personas de tan alto rango parte de su investigación.
Se acercaron a la pared-ventana del cuarto donde las personas usaban trajes de cuerpo completo y señaló una mesa con una caja de petri y un líquido plateado adentro que parecía mercurio.
“Miren atentamente-dijo sonriendo- esto es lo mejor que hemos logrado en años”
Una de las personas en la sala introdujo algunos datos en la computadora, y el líquido comenzó a tomar forma, primero moviéndose como agua vibrando y luego pareció asemejarse a un insecto extraño. A pesar que estaba a punto de tomar forma por completo, volvió a disolverse.
El hombre dejó su sonrisa a un lado y quitándose los anteojos, se frotó sus ojos con los dedos.
“Bien, sé que no es perfecto, pero al menos podemos programar un grupo de nanos jajaja” Ahora reía un poco.
El muchacho estaba atónito, nunca había visto algo igual, solo, tal vez, en películas o historias, pero no en la vida real. Ahora si estaba aún más interesado en el puesto.


(Inoficialmente: Primer post del año; CONTINUARÁ)

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